3 de agosto de 2009

Nuevo artículo en Opinión Sur Joven, titulado "¿Cómo armar un plan de negocios?"

Para leerlo, click aquí.

Slds.

cb

Hacia una economía emprendedora, inclusiva y sustentable


Por Cristian Bergmann

cristianbergmann@gmail.com

“Lo único constante es el cambio” Heráclito


Haciendo un análisis del escenario económico actual podemos reflexionar respecto a la caída de viejos postulados. Cobra notoria relevancia la afirmación de que la economía debe estar verdaderamente al servicio de la sociedad, en un marco de estrictas reglas morales y éticas que rijan los comportamientos que se suscitan dentro del mercado.

Analizando la realidad desde una óptica micro, la actividad emprendedora tiene una gran oportunidad de convertirse en un factor crítico de éxito en las economías de todo el mundo. Las innovaciones, flexibilidad y capacidad de aprovechar oportunidades de los emprendedores pueden transformarlo en un pilar fundamental en la reactivación de un sistema económico mundial actualmente en recesión.

La ruptura de estos paradigmas nos brinda una gran oportunidad para el desarrollo de una sociedad más justa, ya sea desde el punto de vista cuantitativo del ingreso y el producto nacional, como del aspecto cualitativo referente a la realización personal del ser humano como factor de transformación y generación de riqueza. El trabajo dignifica a la persona y contribuye a la economía real.


Mercados globales


“El éxito del futuro depende de nuestras decisiones de hoy, y sin decisiones no habrá ni éxito ni futuro”


La globalización posibilita la integración de territorios, culturas, economías y ésta es una realidad de la cual no están exentos los mercados. De esta manera lo regional adquiere otra significación, no menor pero distinta. Los mercados están inmersos en un proceso de internacionalización y la integración horizontal de empresas impulsada por alianzas estratégicas y esquemas colaborativos avanza a pasos agigantados. En este sentido son infinitas las posibilidades que se abren, por la fluida intercomunicación geográfica. Gracias a este flujo creciente de información, mercancías y personas, se puede lograr con relativa facilidad la penetración en mercados internacionales. Las oportunidades globales que se abren, motorizadas por la actividad emprendedora, posibilitan esta integración.

En economías cuya volatilidad va in crescendo y se transforma en una característica endémica, el emprendedor aporta su flexibilidad para adaptarse a los cambios, para achicar su estructura y capear el temporal, para diversificar los productos o servicios que ofrece; aptitud que adquiere notoria relevancia por estos días. En lo atinente al sector productivo, la buena gestión de las empresas, la creatividad y la innovación, son factores críticos para el desarrollo –y no sólo el crecimiento- de una economía.


Es imperiosa la necesidad de lograr proyectos comunes. En ese sentido, el asociativismo de personas y empresas muestra algunas ventajas: mayor capacidad de negociación con proveedores, mejores precios en los insumos, estrategias conjuntas de comercialización entre un grupo de pequeños productores, el uso compartido de maquinarias, avances tecnológicos conjuntos, know-how y hasta el desarrollo de acciones coordinadas de comercio exterior.

Los jóvenes emprendedores corren con la ventaja de una mayor apertura mental y flexibilidad para internalizar el esquema ganar/ganar, tratado por Stephen Covey en su best-seller “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”.


Interesante es el aporte de Mónica Liendo y Adriana Martínez, docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística de la Universidad Nacional Rosario, en un informe referido al particular en el cual sostienen que “con el objeto de aprovechar y potenciar las fortalezas de cada uno de los integrantes, el modelo asociativo posibilita desarrollar proyectos más eficientes, minimizando los riesgos individuales. Las empresas asociadas, mediante la implementación de acciones conjuntas mejoran la competitividad e incrementan la producción a través de alianzas entre los distintos agentes que interactúan en el mercado incrementando las oportunidades de crecimiento individual y colectivo”.


La actividad emprendedora como oportunidad para el desarrollo personal


“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad“ Albert Einstein


El 50% de las innovaciones tecnológicas y de procesos provienen de la actividad emprendedora. Este número aumenta a 95% en el caso de tecnologías disruptivas o innovaciones radicales. Joseph Schumpeter, economista austríaco, sostiene en su libro “Capitalismo, socialismo y democracia” que “la función de los emprendedores es reformar o revolucionar el patrón de producción al explotar una invención, o una posibilidad técnica no probada para producir un nuevo producto o uno viejo de una nueva manera; o proveer de una nueva fuente de insumos o un material nuevo; o reorganizar una industria. Este tipo de actividades son las responsables primarias de la prosperidad recurrente que revoluciona el organismo económico” 2


Para cualquiera de los sectores sociales, sean o no calificados, muchos son los caminos que pueden tomarse debido a que la economía presenta una amplia gama de necesidades insatisfechas. Este proceso requiere de atención para detectar cuando es posible transformar una necesidad física o natural del ser humano, en una oportunidad económica viable. La condición esencial para que dicho proceso sea exitoso es tomar la iniciativa. Otro parámetro importante en la búsqueda emprendedora consiste en detectar nichos de mercado, ya que las capacidades y recursos disponibles por el emprendedor son limitados y le imposibilitan satisfacer las necesidades de los mercados masivos. Puede considerarse como una actividad medular de la actividad emprendedora el desarrollo continuo de ventajas competitivas sustentables; sin embargo, es importante entender que la dinámica propia de la competencia nos lleva a que con el paso del tiempo éstas se “commoditizan”, es decir, son tomadas por el resto de los competidores. El principal beneficiario en esta puja competitiva es el consumidor.


Es menester que sean aprovechadas las ventajas comparativas atinentes a la geografía, los recursos naturales y formación de recursos humanos, para transformarlas en tangibles fortalezas competitivas. La riqueza de un país no está determinada por los recursos con los que cuenta, sino por la capacidad de transformar productivamente esa realidad de recursos.


El rol del estado y el tercer sector en el impulso a la cultura emprendedora


“No existen empresas exitosas en sociedades que fracasan”


No puede desconocerse la importancia del Estado, las universidades y el denominado “tercer sector” -formado por fundaciones y organizaciones no gubernamentales- como actores primordiales para el fomento de la actividad emprendedora.

Cabe destacar el caso de las incubadoras de empresas, programa que se lleva a cabo en universidades y polos tecnológicos de todo el país, donde se brinda al emprendedor un ambiente propicio para la generación de proyectos de naturaleza económica y social. El objetivo de estos programas es la creación de una red entre profesionales, empresarios y organismos públicos y privados para brindar a los interesados herramientas que faciliten la puesta en marcha de proyectos de alto valor agregado.


Es interesante la experiencia italiana donde predomina una fuerte cultura pyme. En dicho país están muy arraigados los denominados clusters o distritos industriales, una suerte de aglomeración territorial de industrias, relacionadas vertical y horizontalmente debido a la integración de proveedores de insumos y alianzas estratégicas que se establecen entre empresas del mismo sector. De esta manera la fácil disponibilidad de insumos y factores de producción reduce los costos de transacción y los obstáculos al ingreso, y la rivalidad estimula la competencia en la innovación de productos siendo uno de los principales motores de su crecimiento y competitividad.


Los esfuerzos asociativos de cooperativas y planes de sinergia entre el sector público y privado han dado exitosos resultados en la lucha para incluir a aquellos a los cuales las circunstancias fueron relegando del sistema. Las ONG’s aportan una gestión dinámica y flexible de la cual carece el Estado. Por ello pueden establecerse como agentes impulsores y evaluadores de los proyectos por su capacidad de gestión. También es necesario que el Estado brinde líneas de crédito y aportes no reembolsables a este tipo de proyectos para facilitar su puesta en funcionamiento.

La crisis económica de los Estados Unidos reavivó una vieja discusión respecto a lo importante que es la acción del Estado en la regulación de los mercados y la necesidad de que la generación de riqueza tenga estrecha relación con lo productivo y no estrictamente con lo especulativo. Sin embargo, es importante no caer en lecturas miopes y extremadamente ideologizadas que le quitan objetividad al análisis. No debe realizarse una persecución infundada, por ejemplo respecto de los mercados de capitales que realizan un importante aporte al flujo de crédito necesario para el crecimiento de la economía. Debemos encontrar con premura un equilibrio inclusivo.


La sustentabilidad de una economía está determinada por la posibilidad real de brindar a lo largo del tiempo oportunidades a todos los ciudadanos. En la medida que esto no se cumpla, seguiremos asistiendo a logros incompletos del sistema capitalista. En tal sentido, son válidas las iniciativas como la Responsabilidad Social Empresaria, el Pacto Global de la ONU y las micro-finanzas, entre otras.

Todos los ciudadanos tenemos un compromiso moral de realizar todos los esfuerzos necesarios para quebrar la exclusión, deuda histórica de la humanidad. En definitiva debemos ir –como indica el economista Bernardo Kliksberg- hacia una economía con rostro humano.


1 “Asociatividad. Una alternativa para el desarrollo y crecimiento de las pymes”, Lic. Monica Liendo y Lic. Adriana Martinez, Noviembre 2001.

2 “Capitalismo, socialismo y democracia”, Joseph Alois Schumpeter, 1942.