21 de febrero de 2008

La culpa es del otro

Es la típica respuesta argentina frente a cualquier problema.
Sólo son necesarios unos pocos minutos para reflexionar acerca de la realidad de los hechos.
La gran mayoría de nosotros sólo encuentra placer en decir y denunciar los males, pero para resolverlos no proponen nada ni se disponen a combatirlos. Solamente responden que no se puede “hacer nada”. De esta manera, no simplemente nos resignamos sino que dejamos las cosas como están.
La pregunta del millón es: ¿Qué hacemos? Desde mi punto de vista la mejor manera de salir adelante es primero reflexionando, no quién es el culpable sino quién dejo que todo esto pase. Pongo como ejemplo cuando se declaró la guerra a Inglaterra por las Islas Malvinas, salieron todos con banderas a celebrarlo ¿no es así? Y entre cantitos y cantitos decían que íbamos a ganar y demás estupideces, de las cuales se dieron cuenta luego de que pibes de 18 años volvían destruidos del campo de batalla. ¿Y ahí de quién fue la culpa? ¿Quién dejo que todo eso pase?
Como dijo una vez un filósofo Chino, Confucio: “Lo que busca el sabio lo busca en sí mismo. El vulgo en los demás”.
Quizás es la ignorancia lo que todavía nos juega en contra. El vulgo sin darnos cuenta somos todos nosotros. Como dijo Fernando Savater “La Ignorancia causa miseria”.
La educación y la ética son conceptos familiares que de no ser brindados se transforman en ignorancia. No basta con poseer un lenguaje, es necesaria, entre otras cosas, una cierta lógica de la expresión y la argumentación.
Cuando hablamos de ignorancia no hablamos necesariamente de las clases humildes ya que hay personas de buena posición económica, ejerciendo una profesión que son tan ignorantes como los que no saben leer y escribir. Estas personas no saben lo que se les esta diciendo o no comprenden lo que está oculto detrás de ello, simplemente tienden a hacer lo que se les dice. ¿No estamos siguiendo a las personas equivocadas? Por esto debemos pensar qué hacemos, por qué lo hacemos y por quienes lo hacemos.
Para poder sobrellevar esta situación es necesaria una formación tanto ética como ciudadana. Nadie realmente sabe lo que es ser un buen ciudadano por que siempre se limitó a votar al que mejor hablaba, al que los convencía, al que nos prometía mas cosas y todo lo que no nos gustaba que lo arreglaran los demás.
Si nos quedamos callados nada va a cambiar. Hay que hacerse escuchar. Hay que levantar el susurro argentino hasta convertirlo en un grito, EL GRITO ARGENTINO.
La tradición nacional y familiar son los puntos mas importantes a tener en cuenta para la reconstrucción del sentimiento patriótico, junto con los pilares del amor y la justicia que tan olvidados están.
Si queremos una patria justa, un país como debe ser, dirigentes que trabajen para nosotros y no que vivan de nosotros, si queremos volver a ser lo que fuimos, luchemos por eso y no nos quedemos callados porque, como dijo Albert Einstein, “Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr”. Con mucho esfuerzo personal y una sociedad UNIDA y dejando de decir… que la culpa es del otro.

Guido Weber

7 de febrero de 2008

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slds!

Cristian Bergmann.-