6 de abril de 2007

La historia se repite, ¿O continúa?

Los mismos reclamos, las mismas víctimas. La intolerancia presente en dos bandos, como siempre, enfrentados. Una sociedad que no aprende a resolver sus conflictos. Gobiernos autoritarios, avasallan derechos. Y militantes sociales cortando rutas y empleando la violencia como medio de protesta, avasallan de igual manera estos derechos. La concordia entre los argentinos parece cada vez más lejana, casi utópica.

Era un 12 de abril de 1997. Ella iba a comprar pan en su bicicleta. Era empleada doméstica y tenía 3 hijos. Cutral-Co. Efervescencia social. Corte de ruta. Se empezaba a escribir la historia de intolerancia que hasta el día de hoy nos acompaña. La bala disparada por un agente policial impacta en el cuello de la víctima, inocente ella La congoja nos inunda. Dilaciones judiciales. Todavía no se ha encarcelado al culpable de este homicidio. Teresa Rodríguez era su nombre. Quedará en el recuerdo por ser la primera vida que se llevó el primer piquete en la Argentina.

Miércoles 4 de abril de 2007. Misma efervescencia social. Igual intolerancia, desde el gobierno y desde los manifestantes. ¿No hay otra forma para sostener las posturas que la fuerza (los cortes) o el poder (policía con actitudes cuasi-delictivas)? Otro corte de ruta. Un policía dispara a escasos metros de un automóvil una granada de gas lacrimógeno (cuando debería haberlo hecho apuntando para arriba y a 60 metros). El proyectil penetra el vidrio de un Fiat 147, llevándose la vida de un maestro, Carlos Fuentealba. Otra vez el abuso, repitiéndose la historia 10 años después. Como aquel 12 de abril. Otra víctima inocente.


¿Tan difícil es el acercamiento de los gobiernos (nacionales, provinciales) con el pueblo? ¿Tan difícil es dejar de tensar la cuerda? Esta en algún momento se corta, y siempre por el lado más fino. Las víctimas son siempre las mismas, los más débiles, los desprotegidos. El gobernador Sobisch podría haber enviado a policías desarmados para hacer cesar en su actitud a los que cortaban la ruta. Para los militantes sociales, en este caso los docentes, ¿era muy difícil abrir una instancia más de diálogo? Otra vez se repiten los mismos hechos, las mismas actitudes mezquinas y los mismos resultados funestos. Cuando maduremos como sociedad y sepamos resolver estos conflictos civilizadamente, es que habremos generado aunque sea un avance, en la carrera por el crecimiento democrático e institucional del país.

Cristian Bergmann
6 de Abril 2007