29 de octubre de 2007

¿Y ahora qué?

Las elecciones pasaron… ya tenemos presidenta por los próximos 4 años…

¿Es la candidata indicada? Desde las principales ciudades del País creemos que no. Entonces, ¿Por qué gano? No es nada difícil entenderlo si tenemos en cuenta que, a manera de ejemplo, el barrio La Matanza tiene la misma cantidad de votos que 3 o incluso 4 Provincias del sur argentino. Esto significa que la representatividad de las provincias se ve totalmente afectada por este hecho donde los barrios mas populosos y pobres de la provincia de Bs. As. determinaron en gran medida los resultados de esta elección.

¿Por qué no gano en las principales ciudades? La respuesta esta en algo que se percibe, y que se hace cada vez más obvio… la clase media argentina esta resurgiendo, una nueva generación de jóvenes esta naciendo con ansias de llevar a este país a la grandeza. Las principales ciudades no han apoyado la decisión de mas del 44% de la población dado que en las mismas se esta engendrando una nueva masa critica e intelectual que permite a los ciudadanos ver mas allá de los discursos demagógicos de los actuales políticos.

Y ahora… ¿Qué hacemos? Estos resultados nos dejan solo una única forma de actuar: PARTICIPAR. Dado que los resultados obtenidos no satisfacen a esta gran masa crítica e intelectual de la que hablaba antes, la única manera de generar los cambios positivos que queremos es participando y obligando así a nuestros representantes a actuar de manera ética y transparente…

Quiero recalcar que quienes nos dirigen, solamente nos representan y somos nosotros quienes hemos otorgado la autoridad para que lo hagan y no el poder dado que el mismo nunca se delega. Con esto ultimo quiero decir que despertemos! Que nos demos cuenta de que son nuestros funcionarios y son quienes están a nuestro servicio y no al revés como suele pensarse… Y si, nosotros tenemos el poder, pero no cada no por su cuenta sino unidos como Nación.

Así y solo así podremos generar los cambios deseados, así y solo así, seremos un mejor país…

Guido Weber


N del R: La clave es la educación, la clase media esta educada, sabe sus derechos, no se le miente tan fácil. Lamentablemente en este país la pobreza se ha vuelto endémica, motivada por una clase política que los utiliza para eternizarse en el poder, aprovechándose de sus carencias económicas, educativas, de salud. Más grave es el panorama si se quiebra la dignidad de estas personas, comprándoles los votos, o amenazando con la quita de planes sociales si no gana tal candidato. Como dije al principio, la clave es la educación, una población educada no es avasallada de manera tan burda y fácil.

22 de octubre de 2007

Elección y Futuro

Cuando vamos a comprar algo, difícilmente elegimos el producto o servicio de buenas a primeras. Habitualmente, nos interiorizamos sobre las prestaciones, averiguamos por la garantía ofrecida por el fabricante, consultamos a actuales usuarios del artículo por referencias y finalmente, ponemos en la balanza cada producto y sus características para definir la compra. Con asiduidad nos vemos influidos por campañas publicitarias muy agresivas, aunque en toda decisión, en este caso de compra, tratamos de seguir el proceso lógico de análisis para definirla y llegar al mejor resultado.
Si se me permite la analogía, podemos establecer como supuesto a la próxima elección en términos comerciales, sabiendo, claro, que el voto es inalienable.
Así como el consumidor tiene poder de decisión sobre las empresas (comprar o no sus productos), como ciudadanos tenemos el poder para elegir a nuestros representantes.
Con las elecciones cercanas, hagamos un sincero y exhaustivo análisis, evaluemos prestaciones, garantía, funcionalidad y calidad de los candidatos cual producto al momento de la compra, solo que esta vez, nada más y nada menos, estamos definiendo el futuro del país.
A pesar de tantas desilusiones, sigamos apostando por el país, depositando en la urna la esperanza de ver un país mejor, donde la corrupción, la falta de planeamiento, el clientelismo y la inflación no sean moneda corriente. Quebremos la apatía y escepticismo de una sociedad inducida por encuestas a montón.
Parafraseando un dicho futbolero, en la cancha se ven los pingos, esta vez la cancha es el cuarto oscuro, donde decidiremos que partido queremos jugar.

Cristian Bergmann

7 de octubre de 2007

Un link a una nota publicada en Opinión Sur Joven, publicación virtual y mensual, se las recomiendo!!

El título de la nota:
Entrepreneurship joven, los sectores más propicios para que tu idea sea exitosa. Para leerla Click Aquí



Próximamente en Despertate!: "El enano moral de la Nación"

El valor del sufragio y la participación cívica

Es un lugar común que, para deslindar nuestras responsabilidades sobre el destino del país, se sostenga que “los políticos son todos corruptos”. Reflexionando sobre este tema surgen algunas cuestiones que parecen no tenerse en cuenta y pueden ser disparadores para un debate franco y necesario en la sociedad argentina sobre nuestro futuro.

En un país donde la corrupción es endémica; en una sociedad individualista, donde no nos inquieta ni preocupa el semejante, no es racional dar a entender que la clase dirigente proviene de otro planeta. ¿Dónde se criaron? ¿Dónde estudiaron? ¿Qué valores recibieron? ¿Qué ética se les inculcó? Todo este proceso educativo (o no) se llevó a cabo dentro del país, por lo cual cargar las tintas sobre los gobernantes de turno, es caer en consignas facilistas y cómodas.

Las sociedades tienen las instituciones y los gobernantes que se les parecen. Si no se tiene una mínima preocupación por el bien común, ¿es lógico que se solicite a otros ser lo que nosotros no somos? Los que exteriorizan culpas sobre terceros esgrimen que los políticos tienen una responsabilidad mayor por ser servidores públicos. Este argumento se desploma ya que todos deberíamos, en cierta medida, ser servidores de nuestros iguales -principio básico de la solidaridad-.

Algunos sostienen que en un país con terribles déficit sociales (trabajo, salud, educación, vivienda), debe saldarse primero esta deuda social para después preocuparse por el fortalecimiento democrático.

Ahora bien, el tema que se quiere tratar es la falta de participación de la ciudadanía, lo que hace aumentar de manera progresiva la separación del pueblo de las esferas decisionales del estado. La Nación argentina somos todos. El estado es la Nación políticamente organizada. Argentinos, nos falta participación, nos falta compromiso.

Necesitamos dejar de buscar la paja en el ojo ajeno y ponernos a trabajar por el bien de la República. Cada uno en su actividad, honrando el rol que ocupa y haciendo un especial enfoque en incluir a los marginados.

La mejor forma es pre-ocuparse y ocuparse. Defendamos lo que nos corresponde: un país a la altura de las circunstancias. En épocas de corralito económico, cuando se violó el principio de intangibilidad de los depósitos, el pueblo defendió sus derechos individuales con una inusual firmeza. Hagamos lo mismo por la salud de la república.

Juntémonos, respetando las diferencias, consensuando, forjando lenta y progresivamente una cultura de la diversidad. Corrientes nos dio un ejemplo de participación cívica. Acompañemos esta movida. Cuando quieran avasallarnos, reaccionemos emitiendo nuestro voto, sin violencia ni rencores. Construyamos, no destruyamos.

El sufragio es una herramienta primordial, hagámosla valer. Es el único camino para el cambio. No busquemos otras salidas que han fallado. Enaltezcamos el valor del voto, participemos, demandemos, propongamos, generemos, escuchemos. Incluyamos. De eso se trata el juego democrático.

Brindemos apoyo al indefenso, ayuda al desamparado, comprensión al diferente, hermandad al semejante, tolerancia al que disiente con nosotros.

Sobre la base de estos principios es que forjaremos un gran país. Ese de la cultura del trabajo, de los genios sobresalientes, de los grandes inventos, de la creatividad, de la inclusión, de la pasión, de la alegría.

La democracia nos necesita, no podemos fallarle nuevamente.

Cristian Bergmann